LEER UNA IMAGEN
Segunda crónica de confinación
Segunda crónica de confinación
Un
grupo de mineros posan sorprendidos ante la cámara. Es un conjunto desarrapado que se toma un descanso y relaja sus
herramientas aún en la mano. Picos, palas y cestos, indican el tipo de trabajo
en la mina: la extracción y acarreo del mineral de superficie, lo que nos indica la mina donde están.
Es una pausa en el duro trabajo de los
mineros que aparecen desaliñados con la
mirada hacia la cámara en un mar de boinas que parecen todos iguales. ¿Todos? No. Fijaros en el personaje del ángulo inferior derecha: no mira a la cámara, mira al
grupo; corpulento, barbudo, traje oscuro y sombrero bombín, tipo inglés, en
postura de suficiencia y apoyado en un bastón. El sombrero delata otros mundos
más cercanos a la City, a Inglaterra, donde se relacionan los hombres de negocios,
los banqueros y los funcionarios. Del chaleco cuelga la cadena “leontina” de un
reloj de bolsillo. ¿Qué hace aquí este personaje? ¿Vigila o es él quien ha
ideado esta inverosímil foto?
No es de extrañar ver el bombín y la leontina
dado que, a la altura de a mitad del siglo XIX, ya estaban explotando las minas
Compañías inglesas con un intercambio de modas y costumbres entre ambas oligarquías
desde el vestido hasta la arquitectura. Pero ¿y esa mirada vigilante ajena a la
cámara?
Aquí Ramiro Pinilla nos retrata
magistralmente algunos personajes que ejercieron de capataces y fueron, además,
administradores de las minas, de los
barracones o viviendas, de las tiendas y los comedores de los mineros. ¿Era
alguno de ellos? El escritor les deja hablar:
“…Recuerdo
bien cuando llegasteis con vuestras caras hambrientas…todos…suplicando un
puesto en la mina. ¡Yo os lo di, yo os quité el hambre! Y lo hice en nombre de
los dueños que pusieron en marcha estas y otras minas arriesgando su dinero, su
tiempo, sus conocimientos, su futuro…No como vosotros que solo sabéis lloriquear,
borrachos, en la taberna…Ellos tienen orgullo personal y honor…Dios les ha
elegido para dirigir la sociedad y darnos trabajo a todos ¡A mí también! ¡A vuestro
capataz también!